lunes, 9 de enero de 2017

Violencia contra la mujer

La violencia contra la mujer se puede prevenir


En México, como en otros países se sigue educando bajo una cultura "machista", se sigue fomentando la idea que el hombre es superior a la mujer, no dejamos de decirle a los varones "los hombres no lloran", "no seas maricón".

Seguimos acostumbrados a que los hombres deben ser muy machos y, en cambio, las mujeres deben comportarse sumisas, abnegadas, "sufridas". Muchas de estas mujeres se ven obligadas a renunciar a sus sueños por complacer a un hombre, se olvidan de sí y sólo viven para su pareja.

Como lo dice Roberto Navarro en su libro Mujeres mexicanas que sufren y aman demasiado:
En general. los medios de comunicación exhiben a las mujeres como atractivos objetos sexuales, sentimentales y poco pensantes, compradoras compulsivas y abnegadas madres dedicadas a sus hijos. A los desvalidos personajes femeninos se les permite gritar y protestar, pero al final se someten a los machos audaces y prepotentes.  
La violencia contra la mujer sigue cobrando muchas vidas, a pesar de campañas en las cuales se busca concientizar a la sociedad, poder frenar las humillaciones, el abuso por parte de los hombres a su pareja. Sin embargo en los diferentes roles de la mujer seguimos permitiendo que esta violencia siga:


  • Como esposa. Sacrifican todo por el bienestar de su familia, desde hace tiempo se usaba el estereotipo de la esposa siempre leal y subordinada para explicar que el poder de los hombres sobre las mujeres no era una cuestión de desigualdad u opresión, sino un asunto natural, benéfico, complementario y mutuo. Así la posición dominante de ellos quedaba, a la vez, legitimada y despojada de problemas. Una esposa dulce y satisfecha que se quedaba en su casa y subordinaba sus necesidades individuales a las de su marido, era quien más puntos ganaba en materia de feminidad.
  • Como novia. Hacen todo lo posible para que su relación sentimental no se desmorone. Vivimos en una sociedad de "apariencias", hoy en día con el uso de las redes sociales estamos mayormente expuestos, nos enteramos de todo, absolutamente todo lo que pasa entorno a una relación. Como pareja de un hombre violento, muchas veces justificamos sus conductas para no quedarnos solas.
  • Como madre. La manera en que se educa sigue siendo la supremacía del hombre ante la mujer. Algunas madres siguen enseñando a sus hijos patrones de conducta violentos, se les dice que entre más mujeres tengan, más "hombrecitos" son; permanecen frases como "corres como niña", "el último en llegar es niña", "Debes ser fuerte como un hombre"; en cambio. a las mujeres se les dice: "debes aprender a comportarte como una señorita", "a los hombres hay que saber atenderlos", etc. 
  • Como hija. Están obligadas a vivir bajo las reglas impuestas por el padre, a demás de que si tiene un hermano, la mayoría de las veces la razón se la darán a él, ella estará para atenderlo para ser una buena hermana. 


Vivir bajo el mismo techo que un hombre violento significa perder toda dignidad, dejar de existir como persona y convertirse en un objeto más. Es momento de poner un alto, de frenar la masacre hacia la mujer, entender que hay que romper paradigmas, luchar por una equidad de género y no confundir la liberación femenina  con "libertinaje" (diría mi abuela). La lucha es por ser tomadas en cuenta, por ser valoradas, como lo que somos, personas con las mismas capacidades que un hombre. Se trata de RESPETAR a la mujer y a sus decisiones. 

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